viernes, 29 de octubre de 2010

OBSERVACIONES A LA PROPUESTA DE ZONIFICACIÓN DEL USO DEL BORDE COSTERO EN LA PROVINCIA DE TIERRA DEL FUEGO Y ANTÁRTICA CHILENA

ORGANIZACIONES CONSERVACIONISTAS y SindicALES PRESENTAN OBSERVACIONES A LA PROPUESTA DE ZONIFICACIÓN DEL USO DEL BORDE COSTERO EN LA PROVINCIA DE TIERRA DEL FUEGO Y ANTÁRTICA CHILENA, EN LA REGIÓN DE MAGALLANES.

Por Magallanes Bajo Ataque
Blog: magallanesbajoataque.blogspot.com
Octubre del 2010.

El Sindicato de Tripulantes y Oficiales SITONERS y las organizaciones conservacionistas FUNDACIÓN YENDEGAIA y OCEANA entregaron al Gobierno Regional de Magallanes (GORE-Magallanes) una serie de observaciones a la propuesta oficial de Zonificación del Uso del Borde Costero de la provincia de Tierra del Fuego y Antártica chilena que efectuara la Comisión Regional de Uso del Borde Costero (CRUBC-Magallanes) que preside la Intendenta Regional.

Las observaciones de los sindicalistas y conservacionistas se dan en el marco de un proceso de ordenamiento territorial lleno de irregularidades y censura a organizaciones que se oponen a que dicha zonificación ampare una invasión de las aguas interiores magallánicas por parte de la Industria Salmonera, que podría repetir la crisis ambiental y social generada en las Regiones de Los Lagos y de Aysén, donde encontró similares facilidades a las que hoy se le ofrecen en la región magallánica.

Organizaciones como SITONERS, el Clúster del Turismo y Fundación Yendegaia, que en diciembre del año 2009 fundamentaron sólidamente la eliminación de Áreas Aptas para la Acuicultura (AAA) en la Provincia de Magallanes, han sido excluidas arbitrariamente de la CRUBC por el GORE-Magallanes, a pesar de haber participado del proceso de zonificación del uso del borde costero durante casi dos años. La censura a estas organizaciones buscaría impedir que la Industria Salmonera vea obstaculizado su ingreso al resto de la Región de Magallanes, dados sus antecedentes de degradación ambiental y explotación laboral, ampliamente documentados en las Regiones X y XI [1] .

Así lo destaca SITONERS en el documento enviado a la Intendenta de Magallanes, Liliana Kusanovic, donde describe los efectos ambientales degradantes causados por la Industria salmonera en las Regiones de Los Lagos y Aysén, pero además pone énfasis en el deficiente comportamiento social de esta Industria, por ejemplo en la Isla Grande de Chiloé: “…En Chiloé el impacto sociocultural ha sido especialmente notorio. Hombres tradicionalmente dedicados a la pesca, a la recolección de mariscos y algas y a la agricultura en pequeña escala, han emigrado y pasado de una categoría en la que eran dueños de su propia subsistencia, a una de dependencia de terceros para subsistir. Han vendido sus tierras, empobrecido a sus familias y adquirido hábitos no deseables, contribuyendo así a la pérdida de una cultura única en el país…”

Igualmente, la entidad sindical subraya en la exclusión de la CRUBC de las organizaciones que se han manifestado críticas a la expansión salmonera en Magallanes, lamentando que las autoridades regionales “… no hayan tenido a la fecha la disposición de escuchar a la sociedad civil organizada, de manera de fortalecer su capacidad de frenar la expansión masiva de una Actividad industrial que probadamente ha tenido por décadas una Conducta ambientalmente destructiva y socialmente irresponsable…”

SITONERS da cuenta del uso masivo de antibióticos que se registra en la Industria salmonera que opera en Chile, con efectos desconocidos tanto para la salud humana como para el medioambiente, así como las enormes descargas de materia orgánica de desecho y las fugas de peces que alcanzan a millones de ejemplares que no son recapturados, todo ello constituyendo una amenaza para la biodiversidad acuático-marina de la Región de Magallanes.

Mientras tanto, en sus Observaciones a la propuesta del GORE-Magallanes,  Fundación Yendegaia puso énfasis en el mandato de la Ley de Pesca y Acuicultura (reformada en el año 2010 para permitir la privatización del mar austral) sobre la obligación de delimitar una “franja de resguardo” en torno a las áreas terrestres bajo protección que colindan con el mar, para evitar los efectos degradantes de la acuicultura de “especies exóticas” como los salmonídeos. La norma referida señala lo siguiente:

“En los casos en que las áreas protegidas terrestres colinden con el mar, la zonificación del borde costero deberá establecer una franja de resguardo para excluir el desarrollo de cultivos extensivos o intensivos de especies hidrobiológicas exóticas”

Ley 20.434, Artículo 1, letra f

Tanto SERNAPESCA-Magallanes como CONAMA-Magallanes hicieron propuestas de “franjas de resguardo” de 50 y 10 METROS, respectivamente, entre los proyectos acuícolas y el límite de las áreas protegidas, lo que permitiría instalar centros salmoneros incluso sobre la playa. Esto da cuenta de que ambos servicios públicos  mantienen la voluntad de permanecer absolutamente funcionales a los intereses de la Industria salmonera, a pesar de los resultados que ello arrojó en las Regiones X y XI.

Fundación Yendegaia, usando los datos entregados por empresas salmoneras en Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) de centros de engorda de salmones ya aprobados por COREMA-Magallanes, demostró que la franja propuesta por SERNAPESCA y CONAMA-Magallanes no se sustentaban en el más mínimo criterio técnico, pues la dispersión de desechos orgánicos podía superar los 1,2 kilómetros de distancia desde una concesión acuícola otorgada para salmonicultura intensiva.

Como se muestra en la Figura 1, la empresa PESCA-Chile declaró en la DIA del centro de engorda “Seno Lyell” (en Capitán Aracena, área protegida por el SNASPE) un vector de dispersión de fecas de 1.230 metros, con un área de impacto que puede superar las 100 hectáreas y que alcanzaría el borde costero en varios puntos en torno al centro de producción, según los cálculos de la Fundación Yendegaia.

 Figura 1.- Área de sedimentación de fecas de pescado generadas por el Centro de Engorda de Salmónidos “Seno Lyell”, de PESCA-Chile, en sector Capitán Aracena, Región de Magallanes.


En su informe, la Fundación conservacionista concluye que la propuesta más acertada para el ancho de la franja de resguardo que mandata la nueva Ley de Pesca y Acuicultura es la que señala SERNATUR-Magallanes, que alcanza a los 3.000 metros entre las instalaciones acuícolas y el borde de las áreas protegidas terrestres, según consigna la propuesta “oficial” presentada por el GORE-Magallanes.


En sus observaciones, OCEANA pone énfasis en la alta diversidad biológica marina que existe en esta Provincia magallánica, señalando que “…la zonificación del borde costero debe garantizar la sustentabilidad del ecosistema como un todo indisoluble…” en referencia a que no sólo se deben proteger las especies más conocidas o con valor comercial, sino todas las especies que permiten la existencia de dicha diversidad y del medio acuático donde se manifiesta.

La organización pone de manifiesto los resultados de talleres nacionales e internacionales donde se han definido áreas de alto interés biológico y conservacionista en toda la región de Magallanes y especialmente en la provincia de Tierra del fuego y Antártica chilena y que, sin embargo, aparecen como aptas para el desarrollo de la acuicultura en la Propuesta hecha por el GORE-Magallanes, lo que da cuenta de la falta de rigurosidad científica y técnica en la confección de la misma.

OCEANA también da cuenta de la amenaza para los intereses de la pesca artesanal que representan las solicitudes de concesiones acuícolas para salmonicultura, específicamente en la Bahía Inútil, donde existe un banco de langostinos que sería afectado directamente por 12 de las 21 solicitudes de concesiones para salmones que están registradas a la fecha por la Subsecretaría de Pesca en ese sistema.

Trece de las restantes solicitudes, señala OCEANA, se encuentran en la boca de la Bahía, una zona de avistamientos de ballenas, de delfines y sitio de alimentación de los Pingüinos de Magallanes, gracias a la existencia de condiciones principalmente de disponibilidad de alimentos que serían afectadas por las operaciones salmoneras.

Igualmente, OCEANA discute la “aptitud acuícola” asignada arbitrariamente al Canal Beagle, en la costa correspondiente a la Isla Navarino, sitio de migración y alimentación de especies marinas protegidas, que se verían afectados por la operación de centros salmoneros que generan gran cantidad de desechos orgánicos, basuras no-biodegradables, ruidos molestos para las aves durante su nidificación, derrames de combustibles y residuos de productos químicos de efectos desconocidos en esta Región, aunque reconocidamente desastrosos en las regiones antes intervenidas.

Las Áreas Aptas para Acuicultura, según han denunciado organizaciones de pescadores artesanales y especialmente organizaciones conservacionistas, no responden a criterio técnico alguno para su delimitación y se han modificado innumerables veces de acuerdo a los intereses de la Industria Salmonera y los de sus empresas proveedoras de insumos. Sin embargo, constituyen el único requisito que deben cumplir los centros de producción salmonera para elevar sus solicitudes de concesiones: que el sitio de emplazamiento del proyecto acuícola esté dentro de las AAA.

Magallanes Bajo Ataque.





[1] Ver “Magallanes se desafecta de salmoneras”, Diciembre del 2009. Disponible en: http://sinrepresassinsalmoneras.blogspot.com/2009/12/magallanes-se-desafecta-de-salmoneras.html